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 Afecta a todos los grupos de edad y toda la población es susceptible de padecer la enfermedad. La transmisión es rápida ya que el virus causante se transmite al estornudar, al hablar siendo altamente infeccioso y con gran facilidad de contagio que se puede producir desde 24 h antes hasta 5 días después del inicio de los síntomas.

Referente al cuadro clínico que presentaria un enfermo con gripe destacaríamos;  fiebre alta (puede llegar a los 40º C), afectación del estado general, cefalea importante, tos seca y además debilidad muscular. Normalmente, en pacientes sanos no deberían de existir complicaciones, ahora bien, en enfermos crónicos con otras patologías previas puede provocar complicaciones respiratorias que requieren el ingreso hospitalario de los pacientes. La gripe puede ocasionar un empeoramiento de la patología en pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) o fibrosis quística y también en enfermos asmáticos.24397816

Características del virus

El virus A es el principal causante de las epidemias que se producen cada año. Es un virus ARN, formado por una nucleocápside y una membrana de envoltura, donde se encuentran las glicoproteínas que caracterizan los antígenos de superficie de este virus que se denominan hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N) y forman las espículas que se insertan en la envoltura del virus. Los virus gripales B y C, sin embargo, presentan menos rango de variación y no reciben denominaciones de subtipo. Los antígenos internos los constituyen una nucleoproteína y la proteína M1. La nomenclatura de los virus (dada por la Organización Mundial de la Salud, OMS) sigue el siguiente orden: tipo de virus, lugar de origen, número de cepa, año de aislamiento y subtipo (A/Hong Kong/ 6 / 98 /H1N1). Cabe destacar que el virus influenza se replica en la superficie de las células del tracto respiratorio y libera los nuevos virus desde la superficie apical de la célula infectada a la vía aérea. La capacidad de los virus de la gripe para producir epidemias deriva de su facilidad para sufrir variaciones en las proteínas H y N.

En el siglo XX se produjeron tres grandes pandemias gripales, todas ellas causadas por virus gripales del tipo A, correspondiéndose con la aparición de los subtipos H1N1 (1918, gripe española), H2N2 (1957, gripe asiática) y H3N2 (1968, gripe de Hong Kong). Las características comunes de las principales pandemias gripales descritas son:

• Emergencia o aparición de un virus gripal tipo A «nuevo o diferente», en los antígenos hemaglutinina y/o neuraminidasa, a las cepas humanas previamente circulantes.

• Existencia de una elevada proporción de la población mundial desprotegida, es decir sin inmunidad previa porque nunca ha sufrido la enfermedad por esa cepa de virus de la gripe.

• Elevada capacidad de la cepa emergente para trasmitirse persona a persona y para producir enfermedad clínica. El principal problema que tenemos es que no es posible saber cuándo se producirá la próxima pandemia, dónde se originará y cual será el subtipo que la ocasione, lo que imposibilita disponer de vacunas anticipadamente e incide en la necesidad de disponer de sistemas de vigilancia de la gripe que permitan una rápida detección e intervención.

Medidas preventivas y terapéuticas

Las medidas terapéuticas que podemos recomendar son el reposo en cama, tomar algún antitérmico-analgésico tipo paracetamol a dosis para un adulto de 500 mg / 6 horas, ingesta de abundante agua o zumos de frutas (ricos en vitamina C, muy agradecida para regenerar el epitelio del tracto respiratorio afectado), paños de agua fría en la frente y ambiente relajado y tranquilo. Al ser una enfermedad vírica y si no existen complicaciones del tracto respiratorio, es inútil la administración de antibióticos e incluso sería perjudicial ya que no acorta la evolución del cuadro y además se pueden crear resistencias para otros cuadros bacterianos posteriores. Para evitar la instauración del cuadro y como preventivo, hoy en día disponemos de la vacuna antigripal. La vacunación se recomienda fundamentalmente para las personas con alto riesgo de sufrir complicaciones en caso de padecer la gripe y para las personas en contacto con estos grupos de alto riesgo ya que pueden transmitírsela. Por ello, el objetivo es doble: impedir la circulación del virus dentro de la comunidad y proteger a las personas con una alto riesgo de padecer las complicaciones de una gripe, por lo que se recomienda a:

• Personas de edad avanzada, también residentes en instituciones geriátricas.

• Personas con enfermedades crónicas o que requieran cuidados crónicos con independencia de la condición médica por la que precisan ese tipo de atención y de su edad.

• Adultos y niños que presentan alteraciones crónicas relacionadas con el sistema cardiocirculatorio o pulmonar, incluyendo cardiopatías congénitas, insuficiencia cardíaca y valvulopatías, accidente cerebrovascular, insuficiencia respiratoria grave, y asma.

• Niños y adultos con enfermedades renales y diabetes.

•  Personas que tienen bajas las defensas frente a la infección por alteración del sistema inmunitario.

• El personal sanitario de cualquier servicio asistencial, tanto hospitalario como comunitario o de diferentes instituciones de cuidados prolongados, con contacto tanto con pacientes como con residentes.

• Personas que asisten a domicilio a sujetos considerados de riesgo elevado, o bien,  que conviven con personas pertenecientes a los grupos de alto riesgo.

Otros grupos incluyen a: pacientes infectados con el VIH. Viajeros a zonas en épocas de epidemia, que variará dependiendo de si se trata de zonas tropicales (continua), hemisferio sur (de abril a septiembre), especialmente si se trata de sujetos con riesgo de sufrir complicaciones. Personas que forman parte del grupo de profesionales indispensables para la comunidad, como es el caso de bomberos, cuerpos de seguridad, protección civil, etc.

 

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La vacunación se realiza anualmente, y siempre con las cepas recomendadas por la (OMS). Se trata fundamentalmente de la administración por vía intramuscular o subcutánea profunda de un preparado realizado en base a principios activos muertos (virus gripales que son tratados e inactivados en el laboratorio para que tras su administración estimulen las defensas del organismo pero no produzcan la enfermedad) atendiendo a las recomendaciones que sobre esta enfermedad expresa la OMS. La protección se desarrolla a las 2 semanas siguientes de haber recibido la vacuna y puede durar hasta un año. La mejor época para vacunarse frente a la gripe es durante los meses de octubre y noviembre, aunque vacunarse después de noviembre también puede ofrecer protección.

Contraindicaciones de la vacunación: En personas que presenten una hipersensibilidad a las proteínas del huevo. Cuando se presenten  enfermedades agudas con fiebre superior a 38º C es recomendable aplazar la vacunación unos días. Las reacciones indeseables que pueden aparecer son: dolor local en el lugar de la administración que suele ceder al cabo de 1- 2 días, fiebre, mialgias y malestar general. Excepcionalmente pueden aparecer reacciones anafilácticas y también reacciones alérgicas cutáneas.

Destacar, que aunque en la actualidad no está en el mercado Español se ha desarrollado en Estados Unidos, una vacuna que se administra mediante un spray por vía nasal. Cada dosis de vacuna contiene cepas vivas atenuadas del virus de la gripe, que están debilitadas para que no causen la enfermedad. Los efectos secundarios más frecuentes son moqueo y congestión nasal. El rango de edad para utilizar esta vacuna por spray seria de 6 a 49 años siempre y cuando no existan afecciones de salud a nivel pulmonar ya comentadas.

Tratamiento sintomático.

El objetivo seria disminuir los síntomas producidos por esta patología: tratar la fiebre, aliviar los dolores de cabeza y el malestar general. Como ya hemos comentado, la utilización de antibióticos no aporta beneficio en el tratamiento de la gripe, únicamente se deben administrar en aquellos casos en los que se produzcan complicaciones debidas a ésta enfermedad: neumonías, bronquitis, etc.

Tratamiento curativo

Se han comercializado medicamentos cuyo objetivo es intentar curar o al menos disminuir la gravedad del cuadro de la gripe, como son el  zanamivir (Relenza®) y el Oseltamivir (Tamiflu®).

Zanamivir actúa inhibiendo de manera selectiva la neuraminidasa, una enzima de superficie del virus de la gripe que destruye el receptor para la hemaglutinina vírica en la célula infectada. Al inhibir la neuraminidasa vírica, disminuye la liberación de virus por las células infectadas y, por tanto, la diseminación vírica. Reduce la propagación de los virus de la gripe tanto A como B inhibiendo la liberación de viriones infecciosos de la gripe de las células epiteliales del tracto respiratorio. Las elevadas concentraciones de zanamivir en el tracto respiratorio favorecen el rápido inicio de la inhibición de la neuraminidasa viral.

El tratamiento debe iniciarse lo antes posible, en el espacio de 48 horas tras la aparición de los síntomas. La dosis recomendada es de dos inhalaciones de 5 mg/12 h, durante cinco días, lo cual proporciona una dosis inhalada total diaria de 20 mg.  Administrado durante 28 días, zanamivir no altera la respuesta inmunitaria a la vacuna de la gripe. Referente a los efectos adversos, las más frecuentes son cefalea, síntomas gastrointestinales, bronquitis y tos, es el típico de  los signos y síntomas de la gripe.

Los pacientes que toman otros fármacos por inhalación, sería el caso de la medicación contra el asma, deben administrarse antes de la toma de zanamivir. En pacientes con asma y también con antecedentes de enfermedad   pulmonar osbtructiva crónica, al ser tratados con zanamivir se han detectado casos de broncoespasmo. Es por lo tanto, importante, que el  paciente sea informado de este riesgo potencial.

Oseltamivir (Tamiflu®)

Inhibe también la neuraminidasa, siendo efectivo para tratar la gripe A o B. Debe administrarse en las primeras 48 horas desde el inicio de los síntomas. Acorta la duración de la enfermedad una media de 1,5 días (en un subgrupo de pacientes de alto riesgo, la enfermedad se acortó 2,5 días). Además, también disminuye la intensidad de los síntomas. Se administra en el caso de Enfermedad aguda a una dosis de 75 mg vía oral dos veces al día durante 5 días en el caso de profilaxis: 75 mg vía oral al día. Han surgido resistencias a oseltamivir (Tamiflu®) en los Estados Unidos durante la temporada de gripe 2008-2009. Se recomienda zanamivir (Relenza®) como primera elección en la profilaxis o tratamiento antivírico cuando se sospeche exposición o infección por gripe A, por su administración por vía oral. Una alternativa de segunda línea es una combinación de oseltamivir más rimantadina, en vez de oseltamivir solo. •

Referencias

• Darwish I, Mubareka S, Liles WC. Immunomodulatory therapy for severe influenza. Expert Rev Anti Infect Ther. 2011;9:807-22. • Fukuyama S, Kawaoka Y. The pathogenesis of influenza virus infections: the contributions of virus and host factors. Curr Opin Immunol. 2011;23:481-6. • Preziosi P. Influenza pharmacotherapy: present situation, strategies and hopes. Expert Opin Pharmacother. 2011;12:1523-49. • Smith SM, Gums JG. Antivirals for influenza: strategies for use in pediatrics. Paediatr Drugs. 2010;12:285-99.

Dr. Antoni Camins

Catedrático de Farmacologia

Facultad de Farmacia – Barcelona

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