Hace 20 años la formulación magistral sonaba a nostalgia de mortero, alambique y bombo grageador, y fue hace casi dos décadas cuando la Asociación Española de Farmacéuticos Formulistas ya decía que no es el paciente el que se tiene que adaptar al fármaco -entendiendo fármaco como las existencias en cualquier rebotica-, sino que también el fármaco se puede adaptar, cuando sea preciso, al paciente.
Hoy es más fácil explicar este concepto, hoy la tendencia es a individualizar y personalizar todo.
El segundo pilar sobre el que se asienta la formulación o individualización es el diálogo directo con el médico prescriptor, circunstancia que por aquel entonces también se veía lejana y que ahora nos es familiar dada la buena acogida que tienen las jornadas y congresos multidisciplinares que organizamos, labor en la que, afortunadamente, no somos los únicos.
Ese dialogo lo hemos llevado al principio de todo, a la Facultad de Medicina, donde creemos imprescindible que los prescriptores conozcan las bondades de la individualización. Quizás no haya pasado por los medios como noticia llamativa, quizás no acapare titulares que AEFF haya impartido un curso de formulación en una Facultad de Medicina, que lo seguiremos haciendo cada año y que parece que el ejemplo cunde puesto que tenemos ofertas para repetir en otras Facultades. Quizás no sea la noticia del mes, lo que no quita que esto hace 20 años no lo hubiera creído nadie. Esto no es desarrollo tecnológico, esto es desarrollo de las posibilidades, dejar de ser compartimentos estancos, esto es el futuro.
O, al menos, unos de los futuros de la farmacia: la colaboración profesional con el médico.
Así, el pasado 22 de abril 2016, la Asociación Española de Farmacéuticos Formulistas (AEFF) cumplió uno de sus objetivos introduciendo la formulación de medicamentos individualizados en los contenidos docentes del 6º curso del grado de Medicina, y la Universidad en la que debutamos fue la Francisco de Vitoria, en Madrid.
El curso titulado “El medicamento individualizado en la farmacoterapia del futuro” contó con la asistencia de 50 futuros médicos, estructurándose en 4 módulos.
El primero abarcó conceptos generales básicos introductorios, tales como la función de la formulación en la actualidad, así como una práctica revisión de conceptos galénicos orientados a los futuros médicos.
En el segundo se mostró a los alumnos los diferentes tipos de criterios para individualizar un tratamiento, con ejemplos en distintas áreas médicas como dermatología, pediatría y geriatría.
El tercer módulo ahondó en la problemática de las lagunas terapéuticas, tan frecuentes como preocupantes en estos últimos años, mostrando las posibilidades del medicamento individualizado ante la retirada de medicamentos comercializados, la utilidad terapéutica de la formulación en países con un acceso limitado y el desarrollo de nuevas formulaciones con fármacos ya conocidos.
Por último, se cerró el curso exponiendo el papel relevante que la formulación puede tener en la optimización de los resultados de la atención clínica, ya sea mejorando la adherencia terapéutica como optimizando los resultados de la farmacoterapia.
Ésta ha sido la primera piedra de un proyecto que nos llevará mucho tiempo, un proyecto de colaboración medico-farmacéutico orientada hacia el paciente, un proyecto que tratará de mejorar la calidad asistencial sanitaria, un proyecto del que estamos convencidos que abarcará buena parte del futuro.
Una asociación de farmacéuticos impartiendo un curso en una Facultad de Medicina, un curso que es el embrión para ir entrando en los planes de estudio, para la colaboración mutua entre profesionales. Para darle perspectiva a la noticia sólo hay que hacer una cosa: imaginar esto mismo, pero hace 20 años.
Martín Muñoz Méndez
Vicepresidente de AEFF
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