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Formulación Magistral Varios | Visión vampírica sobre forma de entender la farmacia

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Aunque el origen del vampiro es, entre otros, una encarnación del mal como entidad mezclado con la fascinación temerosa de la inmortalidad, hoy en día el vampiro  presenta una imagen deseada y opuesta al zombi.  Hoy el vampiro es la promesa de la eterna juventud, el carácter lúdico de la vida y el disfrute a costa de la sangre de los demás. En esta «vida» que llevan con toda suerte de placeres a su alcance, es frecuente relacionarlos con conceptos como la belleza o el amor inmortal por lo que no es extraño que adaptados al mundo adolescente se conviertan en carne de best seller y guiones de películas que arrasan la taquilla. Mucho ha cambiado la imagen del vampiro a través del tiempo pero su sed de la sangre ajena permanece como rasgo de distinción.35308136

Aunque en una visión poética el zombi es un ser que ha vencido a la muerte, el origen de este mito hay que buscarlo en el vudú haitiano. El zombi en su origen es un muerto al que se saca de la tumba para no dejarlo descansar, es el tormento por la privación de reposo una vez muerto.

Con estos mimbres el director de cine George A. Romero convirtió el mito zombi en infección, en epidemia global, originando el aluvión de revisiones cinematográficas que han originado la actual concepción. En la primera película rodada por Romero los protagonistas se atrincheraban en una casa para protegerse de los muertos vivientes y acababan matándose unos a otros. El guión de la segunda sitúa la acción en un centro comercial así que preguntado el director por su intención, este aseguró que, entre otras cosas, quería filmar una dura crítica a la sociedad de consumo a la que consideraba enferma. Para el cineasta  el zombi es un ser que no piensa que sólo se mueve por el instinto de comer, seguir al rebaño, consumir.

Posteriores enfoques basados en el punto de partida de Romero nos han traído la figura del héroe solitario que mata zombis a discreción; este héroe se libera de la sociedad enferma matándola, en un ejercicio de cinismo absoluto. En cualquier caso eliminar zombis siempre ha sido visto como refugio escapista frente a la sociedad que consideramos enferma y atontada; es, al fin y al cabo, una liberación de la visión catastrofista.

Mucho se ha escrito sobre esta forma de canalizar miedos a uno mismo y a la sociedad amenazada  y de cómo estos miedos desembocan en odiseas darwinistas con final casi siempre sin esperanza; es lógico que nos acompañen estos fenómenos en épocas de crisis.

Enfocando, grosso modo,  estos mitos sobre nosotros, que de crisis sabemos lo mismo que cualquiera, la primera pregunta sería ¿quién simboliza a quién?

Lo único en lo que todos estaríamos de acuerdo sería en quienes son los vampiros y es que los conocemos desde hace mucho tiempo, le hemos puesto muchos nombres: gigantes de la distribución farmacéutica, de la distribución alimenticia, de cualquier distribución-ahora el último miedo, con razón, son las consecuencias de un rescate- todos  encajarían en una visión vampírica sobre nuestra forma de entender la farmacia.

El hecho de estar  todos de acuerdo es porque son demasiados años con el «que viene el lobo»,  demasiado tiempo a la defensiva y sin un plan de ataque que haga bueno al refrán («ataque» visto como una unión cerrada y sin fisuras de un gran porcentaje de la profesión).26148384

Todavía no lo somos, pero en zombis nos puede convertir encerrarnos en nuestra farmacia obviando la realidad de la profesión, pensar que el marqueting es solo y exclusivamente innovar para quitarle el cliente al vecino que consideramos aborregado; también nos puede volver zombis abandonar a la farmacia rural a su suerte, no tener iniciativas en bloque o tratar de resucitar las que ya están muertas; en definitiva  dar sensación de movimiento para girar 360 grados y volver a lo mismo, a la queja estática, a la misma que teníamos, no olvidemos, en años de bonanza económica, cuando a nadie se le pasaba por la cabeza que tantas farmacias tuvieran que endeudarse hasta las cejas para convertirse en una especie de banqueros obligados de la Sanidad.

Y será el calor estival, será el querer que ocurra algo bueno, será,  pero creo que todavía tenemos alguna oportunidad; he leído hace poco del Consejo un discurso de investidura valiente y muy claro, leo propuestas de compañeros en prensa, correo e Internet que merecen la pena, algunas realmente brillantes, y espero que en breve se empiecen a tener en cuenta y sea la antesala de llevarlas a la práctica. Quedarnos quietos puede ser extremadamente peligroso. Si las vacas gordas fomentaron la tradicional desunión, las flacas pueden echar una mano;  de lo contrario acabaremos como zombis. Y mientras esperamos seguimos rodeados de vampiros. •

Martín M. Méndez

Presidente de AEFF

 

 

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