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Innovación farmacéutica - De cerca | Distribución farmacéutica: garantía de equidad, seguridad y calidad también en la farmacia rural

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Las empresas de distribución farmacéutica de gama completa se han convertido en un pilar esencial de la farmacia española que contribuye al buen funcionamiento del modelo mediterráneo. Los más de 500 farmacéuticos que trabajan en este campo mano a mano con las más de 22.000 oficinas de farmacia que existen en España tienen un claro objetivo: garantizar el acceso a la prestación farmacéutica –tanto de medicamentos como de productos sanitarios– en condiciones de equidad, seguridad y calidad a todos los ciudadanos, compromiso que adquiere especial relevancia si se trata de la farmacia rural.

En palabras de Matilde Sánchez Reyes, presidenta de la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar), “en el caso de poblaciones rurales de difícil acceso donde, por ejemplo, el correo llega una vez a la semana, las furgonetas de los mayoristas farmacéuticos de gama completa lo hacen al menos una vez al día. Este rol sitúa a la distribución farmacéutica de gama completa como un elemento básico de la cadena de suministro que permite preservar un modelo en el que la farmacia rural es un pilar básico ya que, además de facilitar el acceso de los ciudadanos que viven en el entorno rural a los medicamentos que requieren, es pieza fundamental de cohesión territorial para luchar contra la despoblación y contribuye al desarrollo socioeconómico de estas zonas”.

El hecho de llegar a todas las farmacias, independientemente de su ubicación o de la rentabilidad de la operación, es la base de un modelo donde priman los intereses sanitarios sobre los económicos. “Se trata de garantizar, a través de las farmacias, el acceso de los ciudadanos a los medicamentos que necesitan, con independencia del lugar en el que residan y sin tener en cuenta el sobrecoste logístico que, respecto a las rutas urbanas, supone el reparto de medicamentos a través de rutas rurales. La farmacia rural necesita a su lado a una distribución farmacéutica comprometida, y en ello trabajamos todos los días”, recalca la presidenta de Fedifar.

Instalaciones de Novaltia (Grupo Unnefar) en Lezama

¿Cuál es la función de las cooperativas en el entorno rural?

El compromiso de estas empresas va mucho más allá de garantizar la prestación farmacéutica. También ejercen una importante labor a la hora de facilitar a las oficinas de farmacia servicios imprescindibles en su día a día, por lo que colaboran estrechamente en distintas áreas con la farmacia rural, ya sea a través de formación, gestión, programas de salud comunitaria (campañas de vacunación, de detección precoz de enfermedades…), digitalización o el desarrollo de servicios enfocados a los pacientes.

Desde la cooperativa farmacéutica Bidafarma, por ejemplo, se ofrece un amplio catálogo de servicios orientados a potenciar la labor sanitaria de la farmacia, así como a mejorar la gestión y rentabilidad de esta. “Estos servicios están disponibles para todos nuestros socios, independientemente de su ubicación, facturación y tamaño. Incluyen apoyo logístico, técnico y formativo para mejorar la atención al paciente en comunidades rurales”, afirman fuentes de la cooperativa.

Además, desde Bidafarma se ofrece acceso a condiciones especiales con los principales laboratorios y a planes de formación personalizados para colaborar en la función sanitaria de las farmacias de viabilidad económica comprometida (VEC), aquellas más desfavorecidas y que contribuyen de forma notable al acceso del medicamento a todos los pacientes en todos los puntos del territorio.
Esta misma filosofía de facilitar el trabajo de las farmacias rurales también forma parte de la esencia de Fedefarma, una cooperativa que, gracias a su modelo de distribución farmacéutica, cubre las necesidades de los clientes de las farmacias rurales en menos de 12 horas.

Centro logístico de Fedefarma en Palau-solità i Plegamans, que incorpora una visita inmersiva que ayuda a conocer cómo funciona un almacén robotizado

Entre otros servicios, esta cooperativa potencia la formación del profesional farmacéutico facilitándole una amplia oferta online que le permita acceder fácilmente desde las áreas rurales e, incluso, algunas de las formaciones presenciales se realizan en horarios no laborales para que puedan asistir si fuese necesario. “Mediante la oferta formativa de fedefarma, conectamos a las farmacias entre ellas y con la cooperativa para promover la interacción, intercambio de conocimientos y prácticas farmacéuticas”, aseguran desde la entidad. Además, ha apostado por la dispensación colaborativa de medicamentos de diagnóstico hospitalario y dispensación hospitalaria (DHDH) para evitar desplazamientos a los pacientes, que en este caso en concreto suelen ser personas mayores sin hospitales cercanos.

De la misma manera, desde el Grupo Unnefar garantizan una gran variedad de servicios a las farmacias situadas en zonas rurales, y no solo con relación con el abastecimiento o el suministro de referencias, sino también en lo que respecta a formación, formulación magistral, campañas sanitarias de aplicación en el entorno rural, asesoramiento, etc.

A esto se suma una amplia oferta de herramientas de digitalización real que posibilitan el seguimiento de pacientes y la gestión integral de la oficina de farmacia con el objetivo de incrementar su rentabilidad (páginas web, apps, programas de fidelización, videoconferencias, redes sociales, whatsapp…). “Estos servicios permiten no solo dar visibilidad a la actividad sanitaria de nuestros socios en su entorno, sino también conectar con el paciente. Porque el paciente, también en el mundo rural, ya es omnicanal, y la farmacia no es ajena a esta realidad”, afirman desde la cooperativa.

Ventajas para las farmacias rurales

Gracias a todas estas ventajas y a su eficiencia, desde hace casi un siglo el cooperativismo se ha convertido en una de las señas de identidad del modelo de distribución farmacéutica de nuestro país, y en la actualidad representa cerca del 90% del mercado. “Una característica de nuestra distribución, el que la propiedad de la distribución esté mayoritariamente en manos de los propios farmacéuticos, ha permitido el establecimiento en nuestro país de un modelo solidario de negocio: se detraen recursos de las operaciones rentables (medicamentos de alto precio, con mucha rotación o suministro en grandes ciudades) para sufragar las no rentables (fármacos baratos, con poca rotación o distribuidos en zonas de difícil acceso). Sin duda es una ventaja que permite una mayor equidad e iguala a las farmacias”, concluye Sánchez Reyes.

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