El curso se dirige a las personas que trabajan en el sector de la alimentación y que todavía no tienen el certificado de manipulador de alimentos, y también a interesados en buscar trabajo en dicho sector, con conocimientos demostrados y las máximas garantías de higiene, control y salubridad.
Según el presidente del COFT, Joaquim Nolla, “consideramos que es importante que los trabajadores acrediten la formación necesaria para manipular los alimentos de forma segura fuera del ámbito doméstico, tanto porque minimizamos los riesgos para la salud de los consumidores, como para la preservación de las características organolépticas de los alimentos”.
El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Tarragona dice que “sabemos que las empresas alimentarias han de tener a sus trabajadores formados y que lo puedan acreditar y demostrar”, pero “también los restaurantes y bares, comedores de centros escolares y residencias, hospitales y establecimientos de alimentación donde se comercializan alimentos envasados y frescos”, ha señalado. La manera como se puede acreditar es mediante un documento que certifique la formación, igual que el que emitirá, precisamente, el COFT a las personas que asistan al curso y superen un test específico.
El Colegio de Farmacéuticos se encuentra cada vez más cerca de la sociedad y quiere implicarse más activamente en el terreno de la salud de los consumidores y en el ámbito de la inocuidad de los alimentos. Y que esta inocuidad “sea considerada un objetivo básico en todas las etapas de la cadena alimentaria: desde la producción, hasta la cosecha, el procesamiento, el almacenamiento, la distribución, la preparación y el consumo”, ha argumentado Èlia Esteve, coordinadora de los Grupos de Trabajo del COFT.
El pasado 7 de junio se celebró el Día Mundial de la Seguridad alimentaria, una efeméride que se conmemorará cada año. Para el Colegio de Farmacéuticos, tener en consideración esta fecha significa “haber adquirido la conciencia necesaria respecto a la importancia de la comida para los seres humanos”, porque “alimentarse es una necesidad fisiológica básica, sin comer no sobreviviríamos”, manifestava Esteve.
Los peligros que pueden ser transmitidos a través de los alimentos pueden tener naturaleza microbiológica, química o física y, con frecuencia son invisibles a simple vista. Por ejemplo, podríamos hablar de bacterias, virus o residuos de pesticidas, entre otros. Finalmente, según ha puntualizado el presidente del COFT, “estamos en el camino correcto para promover la concienciación e inspirar acciones para conseguir alimentos más seguros”.
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